El alumno que desee cursar los estudios de Título Propio de Máster de Investigación en Creación Escénica en la Universidad de Salamanca no debe poseer unas aptitudes interpretativas específicas, como tampoco ser un especialista en dirección escénica o dramaturgia, aunque sí haya de ser especialmente sensible, sobre todo, a las manifestaciones artísticas en general, escénicas en particular, no sólo como espectador pasivo: el fin docente del máster se concibe desde una perspectiva articulada fundamentalmente sobre (a) la experimentación, (b) el trabajo colaborativo, (c) la escucha y (d) el riesgo, desde una actitud rigurosa, pero desenfadada.

No basta únicamente con una mirada puesta en la realización de la tesis o con una disposición para la crítica, en ausencia de riesgo personal: es necesario involucrarse en los procesos creativos, en la búsqueda no tanto de resultados específicos –aun cuando los mismos se puedan plantear-, como de averiguar, en uno mismo y en colaboración con los demás cómo funcionan los mecanismos, las estrategias y determinaciones que configuran los procesos creativos en artes escénicas. Para ello, por así decir, hay que mojarse las manos.

En síntesis, se trataría de que el alumno sepa disfrutar desinteresadamente del saber, críticamente del hacer y técnicamente del saber hacer.

A la luz de todo ello, se espera que cualquier candidato a cursar este máster tenga, perfeccione o desarrolle, a lo largo del mismo, las siguientes disposiciones personales:

1. Inquietud, curiosidad y sensibilidad hacia las manifestaciones artísticas en general, teatrales y performativas en particular.
2. Hábitos de lector y espectador, capacidad para gozar del ámbito de la ficción y de los géneros fronterizos.
3. Exigencia con su formación, capacidad para reconocer los errores propios y audacia para poner remedio a los mismos, sin justificaciones, con determinación y alegría.
4. Capacidad para trabajar en equipo, siendo reflexivo y crítico con los trabajos de los demás, pero también generoso en la ayuda al compañero, delicado a la hora de abordar los problemas y comprensivo ante las situaciones complicadas.
5. Consciencia de las alturas de nuestro tiempo, reconociendo en el mundo del arte no sólo su intrínseco valor estético o cultural, sino también los modos por los que éste puede contribuir mejor al desarrollo del bienestar social o económico.
6. Aprecio por la tradición humanística, sabiendo que se puede contribuir a ella desde lecturas de presente.
7. Inquietud por conocer la realidad artística y cultural de nuestro tiempo, sabiendo que se puede y se debe contribuir a mejorarla.
8. Compromiso con entrega y entusiasmo con las tareas que se le encomienden, pero también en aquellas que decida por sí mismo, valorando las virtudes de un trabajo bien hecho, con humildad y sentido del esfuerzo.